Ángeles Caídos
Estos "ángeles caídos" o Ben Elohim también eran conocidos como los Vigilantes celestiales, los Grigori y los Irin. En la
mitología judía los Grigori eran originalmente una orden superior de ángeles
que moraban en el más alto del cielo con Dios y parecían seres humanos en su
aspecto [G. A. Davidson, Dictionary of Angels, 1971, p. 127].
En la tradición esotérica luciferina ellos eran
una especial orden de élite de seres angelicales creados por Dios para ser
pastores terrenales de los primeros humanos primitivos.
Antes de admitir a los Ángeles a la visión plena de Su Gloria (Visión
Beatífica), Dios los sometió a una prueba, al igual que el hombre tuvo su
prueba.
La naturaleza de la prueba no se conoce con certeza, pero muchos teólogos
sostienen que el Padre Eterno reveló a los Ángeles la futura Encarnación de Su
Divino Hijo, y les hizo saber que al Dios-hecho-Hombre deberían rendir
adoración.
Luzbel, uno de los más gloriosos, elevados y
bellos Ángeles de la Corte Celestial, deslumbrado y ofuscado por el orgullo,
habiéndose atribuido a sí mismo los maravillosos dones con que el Creador lo
había dotado, se rebeló contra Dios, no aceptó el supremo dominio del Señor y
se constituyó así en el "adversario" de su Creador levantando su gran
grito de rebelión y de batalla: "No serviré" (Jer. 2, 20). "Seré
igual al Altísimo" (Is. 14, 14). Muchos Ángeles le siguieron en su
orgullo. Se dice que hasta un tercio de ellos (ver Ap. 12, 4) ). Pero en ese
momento otro gran Arcángel, igual en belleza y gracia que el arrogante Lucifer,
se postró ante el Trono de Dios y, en un acto de adoración profunda, opuso al
grito de batalla de Lucifer uno de amor y lealtad: "¿Quién como
Dios?" ("Miguel").
Y es así como San Miguel Arcángel obtuvo su nombre con su grito de fidelidad, y
es así como Luzbel se constituyó él mismo en Lucifer, "Satanás"
("adversario"), el Enemigo, el Diablo. A éste se han aplicado las
palabras del Profeta Isaías: "¿Cómo caíste desde el Cielo, estrella
brillante, hijo de la Aurora? ¿Cómo tú, el vencedor de las naciones, has sido
derribado por tierra? En tu corazón decías: 'Subiré hasta el Cielo, y levantaré
mi trono encima de las estrellas de Dios ... subiré a la cumbre de las nubes,
seré igual al Altísimo' Mas ¡ay! has caído en las honduras del abismo."
(Is.14, 12-15). (Según los exégetas estas palabras son una parábola alusiva
directamente al Rey de Babilonia e indirectamente a Satanás, cuyo espíritu y
acciones se reflejaban en la conducta del Rey).
Pero el avaricia de los ángeles caídos de derrocar al Dios supremo empezó desde
mucho tiempo atrás, cuando ejercían su tarea de vigilantes celestiales.
Su tarea era observar y vigilar a la emergente
especie humana e informar acerca de su progreso. En la creación del Jardín del
Edén, los ángeles celestiales fueron enviados a la tierra para vigilar a Adán y
a Eva. Pronto, sin embargo, ellos se vieron limitados por la principal
directriz divina de no interferir en la evolución humana. Lamentablemente algunos
ángeles ambicionaron lo que habría más
allá de los muros del jardín, decidieron ignorar la orden de Dios y desafiar
sus órdenes, y convertirse en maestros de la raza humana, se vieron así mismo
como los futuros soberanos de la Tierra, codiciando el poder, la riqueza e
incluso a las mujeres humanas, que conllevaron a desafortunadas repercusiones
tanto para ellos como para la Humanidad.
Juntos tentaron y
convencieron a Eva para que comiera del fruto prohibido, y abrieron las puertas
custodiadas del Edén. Como castigo a su grave pecado y desobediencia, Dios los
despojó de sus alas y los condenó a vivir a en la Tierra para siempre.
Génesis 6:1-4 dice:
"Cuando los
hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, y les nacieron
hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas; y
tomaron esposas de entre todas las que eligieron".
Tradicionalmente
los Ben Elohim o "hijos de Dios" eran varios cientos, y ellos
descendieron a la Tierra sobre el monte Hermón [entre el Líbano y Siria].
Significativamente, aquél era un lugar sagrado tanto para los cananeos como
para los hebreos que invadieron su tierra.
Los ángeles caídos son los mismos espíritus
malignos (o demonios) descritos en la Biblia como usurpadores de cuerpos humanos.
Desean sentir toda clase de sensaciones que no pueden tener en su cuerpo
original, ya que ellos carecen del tacto, es como si estuvieran presos en una
barrera de vidrio, por eso vagan por la Tierra en busca de cuerpos humanos que
acosar y controlar.
Tientan a los humanos para qué hagan el mal introduciendo pensamientos e
imágenes en sus mentes. Si un ángel caído consigue pervertir a un humano, puede
entrar en su cuerpo e influir sobre su personalidad y sus acciones.
Sin embargo, la ocupación de un cuerpo humano
por un ángel sólo puede ocurrir durante el mes hebreo de Jeshván. El Jeshván,
conocido como el mes amargo, es el único que carece de festividades judías de
importancia, lo que lo convierte en un mes profano, Durante el Jeshván, entre
la luna nueva y la luna llena, los ángeles caídos invaden en masa los cuerpos
humanos.
Los ángeles caídos que tienes una relación sexual con
un humano producen una descendencia de seres sobrenaturales llamados Nefilim,
La raza de los Nefilim es una raza maligna y antinatural que no estaba
destinada a habitar la Tierra. Aunque muchos creen que el Diluvio Universal en
los tiempos de Noé tenía el propósito de purificar la Tierra de los Nefilim, no hay manera de
saber si esta raza híbrida se extinguió o si los ángeles caídos han seguido
reproduciéndose con humanos desde entonces. Parece lógico que así sea, lo que significa
que es muy probable que la raza de los Nefilim habite sobre la faz de la Tierra.
La conclusión de
esta batalla entre los Ángeles Buenos y los ángeles malos se encuentra en el
Apocalipsis (12, 7-10): "En ese momento empezó una batalla en el Cielo:
Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Monstruo. El Monstruo se defendía
apoyado por sus ángeles, pero no pudieron resistir, y ya no hubo lugar para
ellos en el Cielo. Echaron, pues, al enorme Monstruo, a la Serpiente antigua,
al Diablo o Satanás, como lo llaman, al seductor del mundo entero, lo echaron a
la tierra y a sus ángeles con él".
Dice San Pedro:
"Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los encerró en
cavernas tenebrosas, arrojándolos al Infierno" (2a. Pe. 2, 4). "No
hay arrepentimiento para ellos después de la caída, como no hay arrepentimiento
para los seres humanos después de la muerte" (San Juan Damasceno). Y el
Catecismo nos dice que no fue por un defecto de la Misericordia Divina que el
pecado de los ángeles caídos no fuera perdonado, sino debido al carácter
irrevocable de su elección. (cfr. CIC 392 y 393).
De ser guardianes
del cielo, pasaron a ser la desgracia de ella misma. A pesar de que fueron
ángeles algún día, la maldad, la avaricia, la envidia... les provocó el destierro.
Lo bueno de todo
esto, es que sigue habiendo ángeles buenos que vigilan y aguardan a la
humanidad, como son los arcángeles.
"Cada cosa visible
en el mundo
está puesta a cargo de un ángel”
Sam Agustín.
Ésta información fue tomada de la Best Seller Hush Hush de Becca Fitzpatrick y de "Enoc y los vigilantes -La verdadera historia de los ángeles y demonios-"
Para mayor información consultar :http://www.bibliotecapleyades.net/vida_alien/alien_watchers35.htm
Ésta información fue tomada de la Best Seller Hush Hush de Becca Fitzpatrick y de "Enoc y los vigilantes -La verdadera historia de los ángeles y demonios-"
Para mayor información consultar :http://www.bibliotecapleyades.net/vida_alien/alien_watchers35.htm
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